¡Hola a todos! Enero ya casi se acaba así que quería dejar un post por aquí hablando del Poder de los Pasos Pequeños. Ya casi estamos en febrero y si siguen mi proceso saben que al finalizar enero voy a revisar las metas que me propuse para este mes para ver como me fue y determinar que puedo hacer mejor en febrero. Y es que lograr las metas no es una cosa de cambio de año y ya. Hay que ser intencional, metódico y consistente. Y sobre todo romper las grandes metas en pedacitos o pasitos.
¿Cuántas veces no comienzas una “resolución” o una meta con mucho entusiasmo y motivación y a las dos semanas como decimos por ahí, “te rajas”?
Esto nos pasa y nos ha pasado a todos. Creemos que de alguna manera, como por arte de magia “puffff”, cambiaremos nuestras vidas. Lo que no hemos hecho en la vida ahora lo queremos hacer por pura disciplina. Queremos todo rápido. Somos impacientes. No vemos resultados de la noche a la mañana y nos desanimamos.
Casi siempre sucede algo como esto:
- Comenzamos con una motivación muy intensa. Locos por arrancar. Nos sentamos y nos ponemos 20,000 metas con mucho entusiamos e ilusión. “Este año sí que sí.”
- Empezamos a ejecutar con mucha “pompiaera”. La rutina de ejercicio nos deja “espatao’s” que ni podemos caminar. Dejamos el refresco, los chocolates y el alcohol de cantazo cómo si estas cosas no fueran adictivas. Y decidimos tomar tres clases este trimestre aunque estemos trabajando para “terminar más rápido”.
- Vemos que los resultados no son tan rápidos como queremos y que la motivación flaquea. Como duelen las nalgas pues no haremos ejercicios mañana. Probablemente tampoco pasao’ mañana por eso de que “no nos vayamos a lastimar”. Y cómo ya rompimos la dieta y nos tomamos un refresquito pues de paso nos tomamos el padrino para “hacer el daño bien hecho” y así sucesivamente. Y empezamos “es que no tengo tiempo”, “trabajo mucho”, “tengo hijos”, etc…a poner excusas.
- Y de repente las metas volaron en canto. Nos sentimos mal. Nos culpamos. Decimos es que yo no puedo, no tengo disciplina. Y la realidad es que estamos retando nuestra motivación y nuestra capacidad actual…enfatizo en actual…al extremo.
Sé que a cada cual le funcionan cosas diferentes así que voy a compartir lo que he encontrado que me funciona a mi. Son conceptos que de una forma u otra se usan en la industria para monitorear progreso y las he aplicado a mi vida. Quizás a ustedes también les ayude y eso sería lo más bonito para mi.
Los hábitos que he logrado desarrollar y mantener exitosamente han seguido la siguiente clave:
LA CONSISTENCIA ES MÁS IMPORTANTE QUE LA INTENSIDAD
Mucha gente que conozco me dice, “Ay Katia pero esa meta de 1 milla 5 días a la semana es fácil, tu puedes hacer más.”
Incluso mi mejor amigo con toda la buena intención del mundo quería que hiciéramos un Abs Challenge este mes.
Mi respuesta a eso fue: “Vamo’ a darle pero ahora mismo no. Quizás en febrero.”
Estamos hablando de un tipo alto y “slender” que corre 5 millas en un día a un “pace” de 8 minutos por milla como una gacela.
Esa no es mi condición física ahora mismo ni me interesa ser Usain Bolt. Así que practiqué decir que no, mantenerme enfocada en el plan y hacer lo que es mejor para mi ahora mismo. Eventualmente, eso llegará.
Que una milla se me hace fácil…quizás. Pero mi meta ahora mismo más que la distancia es la: CONSISTENCIA. O como solía decir una líder a quien admiro como a nadie: la CADENCIA. La mayoría de los días hago bastante más de una milla. Incluso hay semanas que hago más de 5 días.
Pero los días que no tengo ganas de hacer nada, tener algo fácil de hacer, hace que lo haga sin mucho estrés. Eso me ayuda a mantener la consistencia. Para mi 5 millas a la semana es mejor que 3 millas un día si luego no puedo hacer más.
Y no es que esté en contra de empujarme y progresar. Todo lo contrario. Y este es el próximo concepto que aplico.
El progreso es gradual e incremental. Está compuesto de los pequeños cambios que hacemos día a día.
Funciona como una bola de nieve. Una bola de nieve comienza pequeñita pero a medida que sigue rodando consistentemente se va volviendo más y más grande. Tan grande que es capaz de tumbar lo que se atraviese en su camino.
Y este es el poder de la consistencia. El poder de los pequeños pasos. Si yo continúo haciendo lo que estoy haciendo ahora mismo sin ajustar el plan sino meramente continuar ejecutando consistentemente…al final del año habré recorrido un mínimo de: 240 millas.
240 millas es más grande que el largo de Puerto Rico…para que lo pongan en contexto.
Para resumir el mensaje. No se vuelvan locos haciendo metas que luego no se pueden sostener. Analiza como puedes romper esa meta para ir construyendo poco a poco y que funcione mejor para ti en mantenerte consistente. Pasito a pasito. Suave suavecito.
¡VAMO’ A DARLE!